Esta ciudad ya no me sabe a nada. El día que te fuiste, se fue el sabor de todo.
Lo único que me ha quedado son memorias de dolor y cada esquina de este lugar abandonado me recuerda a vos.
La lluvia cae y con ellas mis ganas de quedarme acurrucada en la cama.
Si solo estuvieras vos, no ese que conocí, pero el que imaginé, la lluvia tendría sentido. Pero no estás, y para mí, no es más que agua.
Muy hermoso Mar.
Me gustaMe gusta
Gracias María. Me agrada que te haya gustado. Te mando un saludo desde el otro lado del charco.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Lo mismo para ti Mar, bienvenida al mundo de las letras
Me gustaLe gusta a 1 persona
Nuestra tendencia a idealizar no tiene límites. Triste, pero muy hermoso 🙂
Me gustaMe gusta
Qué precioso!
Me gustaLe gusta a 1 persona